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Lista de Ilustraciones sobre el Orgullo:
Una vez iba un hombre en su auto por una larga y muy
solitaria carretera cuando de pronto su auto comenzó a detenerse hasta quedar
estático. El hombre bajó, lo
revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía.
Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su auto
pues hacía muchos años que lo conducía; sin embargo, después de mucho rato
se dio cuenta de que no encontraba la falla del motor. En ese momento apareció otro auto, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda. El dueño del primer auto dijo: - Mira este es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú sin ser el dueño puedas o sepas hacer algo. El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que
finalmente el primer hombre dijo: El segundo hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar. El primer hombre quedó atónito y preguntó: - ¿Cómo pudiste arreglar el fallo si es MI auto? El segundo hombre contestó - Verás, mi nombre es Felix Wankel... Yo inventé el motor rotativo que usa tu auto. Cuántas veces decimos: Esta es MI vida; Este es MI
destino, esta es MI casa... Déjenme a mí, sólo yo puedo resolver el
problema!. Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que
nadie nos podrá ayudar pues "esta es MI vida".
Pero... Te voy a hacer una pregunta: ¿Quién hizo la vida?
¿Quién hizo el tiempo? ¿Quién
creó la familia? Sólo aquel que
es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la
carretera de la vida. Te doy sus
datos por si alguna vez necesitas un buen "mecánico":
Llegó
un ciervo a una fuente cristalina de aguas, y vio en la limpia superficie de
ellas sus largas y delgadas piernas a la vez que sus hermosos cuernos. “Verdad
es lo que de mí dicen las gentes”, exclamó; “¡supero a todos los demás
animales en gracia y en nobleza! ¡Qué graciosa al par que majestuosamente se
levantan mis cuernos! Pero, ¡qué feos y qué delgaditos son mis pies!. En
esto vio salir del bosque un león: “¡Pies, ¿para qué os quiero…?” y en
dos
saltos se puso fuera del alcance de su adversario.
Pero cuenta la fábula que, acertando a pasar en su precipitada fuga por
una espesura, sus cuernos se enredaron en la maleza, y el león le dio alcance y
lo devoró. Los
pies, que tanto despreciaba antes lo salvaron; pero los cuernos, en que tanto
orgullo tenía, le perdieron. ¡Cuán cierto es que generalmente nos perdemos por aquello en que tenemos orgullo! No te ensoberbezcas por lo que en ti hay de superior, ni desprecies lo que parece más humilde. La soberbia pierde, y la humildad salva.
En
un almuerzo presidido por Sir Mark Young, gobernador de Hong-Kong, una dama de
las más distinguidas se sintió vejada al descubrir que estaba sentada al
extremo de la mesa, en vez de estar cerca del anfitrión. Al
terminar la comida, se acercó a Sir Mark y le dijo con sequedad: --Según
parece, no se cuida usted de dónde se sientan sus invitados. --Señora –replicó el gobernador--, a la gente realmente importante no le interesa el sitio donde se sienta; y sucede a veces que quienes se interesan por el sitio, no son importantes.
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