Excusas

 
 

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Lista de ilustraciones sobre las Excusas:

  1. PRUEBAS DE QUE LAS EXCUSAS QUE PERSONAS USAN PARA NO IR A LA IGLESIA SON TONTAS

  2. �EXC�SEME!

  3. DEMASIADO GENEROSOS

  4. EL DEDO EN LA LLAGA

  5. HAY QUE ESCUCHAR AL PREDICADOR

  6. LA SINCERIDAD NO BASTA

  7. NO LE GUSTABA EL TEMA

  8. SE DABA POR ALUDIDO

 

PRUEBAS DE QUE LAS EXCUSAS QUE PERSONAS USAN PARA NO IR A LA IGLESIA SON TONTAS

F�tbol Americano en el oto�o. Basquetbol en el invierno. B�isbol en la primavera y verano. Este pastor ha sido un �vido fan�tico de deportes toda su vida. �Pero ya no m�s! Yo renuncio este negocio de deportes una vez y para siempre. Nunca me podr�s hacer que me acerque de nuevo a uno de esos lugares. Aqu� est�n mis razones�

1.  Cada vez que fui, me quer�an sacar dinero.

2.  La gente con que me sent� no era muy amable.

3.  Las sillas eran demasiado duras y para nada c�modas.

4.  Fui a varios juegos, pero el entrenador nunca vino a hablarme.

5.  El �rbitro tom� una decisi�n con la que no estaba de acuerdo.

6.  Sospech� que estaba sentado con unos hip�critas � ellos vinieron para ver a sus amigos y lo que otros tra�an puestos, en lugar de ver el juego.

7.  Algunos juegos fueron a tiempo extra y llegu� muy tarde a la casa.

8.  La "banda" toc� unos n�meros que nunca hab�a escuchado antes.

9.  Parece que los juegos est�n programados cuando yo quiero hacer otras cosas.

10.  Mis padres me llevaron a demasiados juegos cuando yo era chico.

11.  No quiero llevar a mis hijos a ning�n juego, porque quiero que ellos escogen por s� mismos cu�l deporte les guste m�s.

- Autor Desconocido, Covington, KY

 

�EXC�SEME!

Horacio Bushnell, te�logo evang�lico congregacional que vivi� de 1802 a 1876, hizo una interesante lista de excusas de aquellos que no quieren dar para la obra misionera. Helas aqu�.

Los que creen que el mundo no est� perdido y, por lo tanto, no necesitan al Salvador, Cristo Jes�s.

Los que creen que Jesucristo cometi� un error cuando dijo: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura".

Los que creen que el evangelio no es "poder de Dios" y que no puede salvar a los paganos.

Los que creen que cada hombre debe entend�rselas consigo mismo, y que est�n prontos a contestar como Ca�n: "�Soy guarda de mi hermano?"

 

DEMASIADO GENEROSOS

Un pastor negro dijo en cierta ocasi�n que muchos de los miembros de su congregaci�n se perder�an por ser demasiado generosos.  Cuando vio que sus palabras causaban sorpresa, las explic� como sigue:

--No me equivoco. Algunos de ustedes se perder�n por ser demasiado generosos.  Escuchan sermones que hablan a sus almas, pero ustedes generosamente los obseguian a otros, aplicando sus mensajes a las almas de terceros.

Y es verdad.  Hay muchas personas que escuchan para los que est�n sentados detr�s de ellos.  Dicen que el mensaje es muy bueno para Don Fulano. Y se van pasando el serm�n de uno a otro, hasta que desaparece.

D.L. Moody

 

EL DEDO EN LA LLAGA

Cuando un hombre se ha fracturado el brazo, el m�dico tiene que descubrir el sitio exacto en que se encuentra la fractura.  Empieza a tocar y a apretar suavemente con los dedos.

--�Es aqu�?

--No, doctor.

--�Aqu�?

--No

Pero despu�s de un rato, el m�dico toca una parte.

--�Ay!�dice el enfermo.

Es que ha sido descubierto el lugar afectado, y duele.

Una cosa es escuchar a un predicador que ataca los pecados de los dem�s.  Los hombres escuchan con grandes aplausos,  e invitan a otros a escuchar la predicaci�n.  Pero tan pronto como el predicador empieza a hablar de los pecados de ellos, dici�ndoles como Nat�n a David, �T� eres el hombre,� ya no les agrada m�s el serm�n.  Es que el predicador ha puesto el dedo en la llaga.

D.L. Moody

 

HAY QUE ESCUCHAR AL PREDICADOR

En Chicago se convirti� un arquitecto que cuando dio su testimonio nos cont� que hacia muchos a�os que asist�a a la iglesia, pero que cada deb�a confesar que en todo ese tiempo no hab�a escuchado un solo serm�n.  Dijo que cuando el pastor comenzaba a hablar, el arquitecto se sentaba tranquilamente y se pon�a a pensar en los planos de alguna construcci�n.  No pod�a decirnos cu�ntas planos hab�a preparado en la iglesia.

Es que satan�s se hab�a introducido entre este hombre y el predicador, y se hab�a llevado la buena semilla de la Palabra. A menudo he predicado delante de personas que despu�s no me han podido repetir ni una sola palabra de mi serm�n.  Ni siquiera se pod�an acordar del texto.

D.L. Moody

 

LA SINCERIDAD NO BASTA

Actualmente hay mucha gente que cree que no importa cu�les sean las creencias de una persona, con tal de que �sta sea sincera.  Esta es una de las mayores mentiras del infierno.

Supongamos que yo me dirija a un banco y presente un cheque por diez mil d�lares; que el cajero me pregunte si tengo fondos, y que yo le responda que no los tengo ni en ese banco ni en ning�n otro; y que cuando me pregunte sobre qu� base quiero cobrar el cheque, le conteste que debido a mi sinceridad; y que le agregue: --No hay en toda la provincia un hombre m�s sincero que D.L. Moody.

�No opinor�as que es cosa de locos? �Y sin embargo dices que no importa cu�les son las creencias y que basta la sinceridad!

D.L. Moody

 

NO LE GUSTABA EL TEMA

Durante el periodo de la esclavitud, un esclavo predicaba con mucho poder.  El amo se enter�, y entonces le dijo:

--Mira, me dicen que est�s predicando. Te dar� todo el tiempo que te haga falta, pero quiero que prepares un serm�n sobre el mandamiento �No hurtar�s� pues actualmente hay muchos ladrones en la plantaci�n.

El esclavo se puso triste.  Dijo que no le gustaba el tema, que no pod�a hablar con elocuencia sobre �l como sobre los dem�s.

He notado que nuestros auditorios est�n muy satisfechos cuando predicamos acerca de los pecados de los pratiarcas, pero que no les gusta nada cuando empezamos a hablar acerca de los pecados de hoy en d�a.

D.L. Moody

 

SE DABA POR ALUDIDO

Mi esposa estaba ense��ndole a mi hijito una lecci�n de Escuela Dominical.  Le estaba explicando la forma  en que un pecado se convierte en un h�bito.  El chico crey� que ya la cosa se le estaba acercando demasiado, y entonces medio ruborizado le dijo a  la madre:

--Mamita, me parece que te est�s alejando mucho del tema.

D.L. Moody