Juan y Carlos Wesley dirigieron un avivamiento cuando la gente de Inglaterra hab�a olvidado a Dios. En el a�o 1859 hubo un avivamiento en Irlanda que cambi� la ciudad de Belfast en "una ciudad de Dios". En los albores nacionales de EE. UU. De N.A., hubo un gran avivamiento dirigido por Jonat�n Edwards.

En todos estos avivamientos el esp�ritu de Dios se manifest� a trav�s de un hombre quien amaba a Dios y quien quer�a que todas las gentes le amasen y le sirviesen. Las personas se reun�an para escuchar la lectura de las leyes divinas al igual que antiguamente escuchaban la lectura que hac�a el rey Jos�as del Libro de la Ley.

Billy Graham naci� en un hogar cristiano en Charlotte, Carolina del Norte, EE. UU. de N.A., en el a�o 1918. Le gustaban los deportes y so�aba con llegar a ser un jugador profesional de baseball.

Cuando contaba diecisiete a�os, concurri� en compa��a de un amigo, a una reuni�n de evangelizaci�n en la cual predic� Mordecai Ham. Aquella noche se dio cuenta de que algo faltaba en su vida.

A la siguiente noche regres� al lugar donde se estaba celebrando esta serie de reuniones pero esta vez se sent� con el coro, pensando de esta manera esconderse detr�s del predicador. No pudo esconderse de Dios. Dios le llam� aquella noche para que rindiese su coraz�n y vida a �l. Los vers�culos a los cuales dio lectura el doctor Ham son los vers�culos favoritos del doctor Graham. �Te gustar�a leer Romanos 10:9, 10?.

Billy Graham ha dirigido series de evangelizaci�n en muchas de las principales ciudades del mundo. Probablemente ning�n individuo a lo largo de la historia ha predicado a tantas personas o ha guiado a tantas a los pies de Cristo. Antes de dirigirse al lugar donde se celebrar� la serie de reuniones, miles de personas por todo el mundo piden que Dios hable por boca de Billy Graham.

La mayor parte del tiempo, el doctor Graham est� lejos de su hogar y de los suyos. El siente, al igual que el rey Jos�as de anta�o, que las gentes necesitan oir las leyes de Dios. Al predicar, tiene entre sus manos la Biblia: "En sus p�ginas se hallan las respuestas a las necesidades humanas m�s profundas".

Estando en Escocia dirigiendo una campa�a, un reportero le hizo la siguiente pregunta: "�A qu� atribuye su �xito?.

"La �nica explicaci�n que yo puedo dar", contest� Billy Graham, "es a Dios".

Billy Graham ha hecho aquellas cosas que expresa Josu� 1:7,8.

El doctor Roberto Andr�s Hingson es un ejemplo de c�mo se puede ser un fiel creyente en cualquier vocaci�n que uno escoja. Es un m�dico cristiano, inventor, y profesor de medicina.

El doctor Hingson est� realizando una ambici�n que tuvo sus albores cuando contaba cinco a�os de edad. Como ni�o sent�a gran respeto por el m�dico que atend�a a su familia. Sol�a acompa�arlo al hacer visitas y tenerle la brida al caballo mientras el m�dico prestaba sus servicios al paciente.

Naci� en Anniston, estado de Alabama, EE.UU. de N.A. al terminar sus estudios secundarios y con la ayuda de una beca, pudo matricularse en la Universidad de Alabama. A pesar de trabajar como camarero y secretario para sufragar sus gastos, Bob prest� sus servicios como presidente de la agrupaci�n estudiantil Bautista. Termin� brillantemente sus estudios en 1935.

Cursando estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad Emory, sufrag� sus gastos trabajando como ordenanza, t�cnico de rayos X, y asistente diet�tico.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el doctor Hingson prest� sus servicios al Departamento de Salubridad P�blica de los EE. UU. en 1942 curs� estudios especiales de anestesia en la Cl�nica Mayo. Desde esa fecha ha hecho muchas contribuciones a la ciencia m�dica. Al presente es profesor de anestesia en la Universidad Western Reserve, Cleveland, Ohio. EE. UU. de N.A.

El doctor Hingson y su familia son miembros activos de la Primera Iglesia Bautista de su ciudad. Tanto �l como la se�ora de Hingson trabajan entre los j�venes.

Su pastor dice de �l: "Qui�n ocupa lugar tan prominente en su profesi�n frecuentemente cuenta con escaso tiempo para el trabajo de la iglesia o las cosas del esp�ritu. Esto no se aplica a Roberto Hingson".

Quiz� el secreto de su din�mica vida cristiana est� revelado por el pastor que tuviera Bob Hingson durante sus d�as estudiantiles. La gran decisi�n que hiciera Bob tuvo por escenario el despacho de este pastor. Cierto d�a, despu�s de haber orado juntos, Bob dijo: "Dios ha revelado su voluntad para mi vida de manera muy clara. Hoy dedico mi vida, mi profesi�n, mi tiempo, mis talentos al Se�or Jesucristo, a fin de hacer m�s livianas las agobiantes cargas y mitigar el sufrimiento y la angustia de la humanidad.

Un orador perito, miembro de un equipo de tenis, de gran prestigio entre sus compa�eros de estudio, y presidente del cuerpo estudiantil. Eso era Howard E. Butt. De haber visto a Howard E. Butt aquel a�o escolar en Del Mar Junior College, Corpus Christi, Texas, EE. UU. de N.A. usted hubiera cre�do que era uno de los j�venes m�s felices del mundo. Pero hab�a una cosa que le quitaba la tranquilidad. Era un creyente nominal pero frecuentemente era acosado por dudas acerca de su fe. Esto ocurr�a durante la Segunda Guerra Mundial.

Cierta noche, un marino que estaba presente en los servicios invit� a Howard para que asistiera a una reuni�n de oraci�n. No queriendo rechazar la invitaci�n e impresionado por la sinceridad del marinero, Howard lo acompa��. Este amigo, Juan Broger, tuvo una larga conversaci�n con Howard. Una noche le dijo: "�Cu�ndo te dar�s cuenta de que el Se�or no quiere tu talento, ni tu dinero, ni tu tiempo? El Se�or te quiere a ti".

Cuando Howard Butt ten�a diecisiete a�os de edad hizo p�blica su decisi�n de seguir a Cristo. Se dio cuenta entonces de la necesidad que el mundo ten�a de Cristo. Comenz� a predicar en reuniones de j�venes, cl�nicas m�dicas, misiones, en una cruzada evangelizadora de Billy Graham en Boston, en todo lugar hacia donde se sent�a guiado.

Buscando sinceramente la voluntad divina, sab�a con certeza, despu�s de haber cursado estudios universitarios y un a�o de seminario, que Dios no lo necesitaba como pastor. Dios quer�a que predicase como hombre de negocios.

Al presente, Howard Buttes vicepresidente de la compa��a de su padre, una cadena de m�s de sesenta tiendas. Una tercera parte de su tiempo lo invierte predicando en reuniones de evangelizaci�n, siempre sufragando sus propios gastos. Estos gastos montan a unos 14,000 d�lares anuales.

En un tranquilo y c�modo hogar de Nueva Inglaterra, all� por el a�o 1812, viv�a una jovencita llamada Melinda Rankin. Desde que aceptara a Cristo, no se hallaba satisfecha en la alegr�a de este hogar. La embargaba el deseo de hablarles a otros acerca de Jes�s.

No fue sino hasta que Melinda contaba veintiocho a�os que tuvo la oportunidad de salir de su hogar, rumbo al valle del Mississippi como misionera. Era tiempo de guerra y la vida era dif�cil.

Cuando termin� la guerra con M�xico, los soldados que regresaban contaban de las personas ignorantes dominadas por los sacerdotes. La se�orita Rankin se preocup� mucho. Escribi� art�culos para peri�dicos y de esta y otras manera intent� interesar a las iglesias y sociedades misioneras. Nadie parec�a estar listo para ir al campo. Por fin ella dijo: "Ir� yo misma".

Pero M�xico era entonces un estado sin leyes. La se�orita Rankin no pod�a ir all�. En cambio, se estableci� cerca de Brownsville, Texas, sobre el r�o Grande, justamente en la ribera opuesta de Matamoros, M�xico.

No pudo hallar casa. Otras mujeres se hubieran desalentado, pero no as� Melinda Rankin. Al fin encontr� dos habitaciones que alquil�, una como vivienda personal, la otra para su escuelita.

Fue admirable que, muchas ni�as mexicanas asistieran a la escuelita de la se�orita Rankin el primer d�a de clase. Cierto d�a una se�ora vino pidiendo cambiar un santo por una Biblia. La se�orita Rankin le dio dos Biblias, una de las cuales hab�a de llevar para una amiga de M�xico. Esta fue la primera Biblia que pudo hacer cruzar la frontera. Con la ayuda de la Sociedad B�blica Americana, pudo enviar centenares de ejemplares a M�xico. Muchos mexicanos llamaban a su puerta, suplicando que les diese un ejemplar del Libro de Dios.

Cuando estall� la guerra civil en EE. UU. de N.A., la se�orita Rankin se vio obligada a salir a Texas e ir a M�xico, donde hab�a querido trabajar. Se le rechaz� de casa en casa pero con todo pudo establecer la primera misi�n protestante. El n�mero de convertidos se multiplic� y estos nuevos creyentes iban de casa en casa ansiosos por contarles a otros la historia.

Durante los muchos disturbios y batallas de 1871 ella no sufri� heridas. Cuando se retir�, la iglesia que ella organiz� contaba con ciento setenta miembros mexicanos.

Ella fue quien dijo: "La palabra �desaliento� no se encuentra en el diccionario del reino de los cielos".

Como Ester, Melinda Rankin estaba dispuesta a sacrificar sus placeres a fin de poder ayudar a otros.

Quiero contarles acerca de Nobuyoshy Togami. Llam�mosle Togami San puesto que as� le dicen en el Jap�n. San es un t�tulo empleado muy a menudo salvo para aquellos que tienen t�tulos especiales como el de "maestro". Togami San oy� hablar acerca de Jes�s por primera vez cosa de dos a�os despu�s de la Segunda Guerra Mundial. Los japoneses eran muy pobres; pero, m�s que eso, ahora que sab�an que el emperador no era dios, no ten�an a qui�n creer. Adem�s, el padre de Togami San hab�a muerto hac�a s�lo cuatro a�os. Por supuesto, Togami San no sab�a qu� hacer.

Despu�s de oir el serm�n del doctor Garott, comenz� a asistir a la Iglesia todos los domingos. No hab�a templo pues hab�a sido destruido en la guerra. Los creyentes se reun�an en un peque�o hospital cuyo due�o era cristiano. El grupo que conoci� Togami San parec�a tener esperanza y gozo, los cuales Togami San no hab�a hallado en ninguna otra parte. Todos se llamaban unos a otros "hermana" y "hermano". Despu�s de dos a�os confes� a Cristo como Salvador. Por el gozo que ten�a, las personas comenzaron a decir: "Has cambiado desde que comenzaste a asistir al templo".

No era f�cil vivir una vida cristiana. Su familia se quedaba acostada los domingos por la ma�ana, sin desayunarse hasta las nueve de la ma�ana. No quer�an que fuese al templo ni que fuese cristiano. Pero despu�s de aceptar a Cristo, Togami San continu� siendo fiel. Los domingos por la ma�ana se levantaba m�s temprano que de costumbre, cumpl�a con sus responsabilidades hogare�as, y sal�a de casa a las ocho de la ma�ana sin desayunarse. Cuando tom� la resoluci�n de dedicar su vida al servicio del Maestro, su familia le suspendi� inmediatamente la ayuda econ�mica que le daba para asistir a la escuela. Tuvo que comenzar a trabajar para costearse los estudios.

Por �ltimo, la familia de Togami San dijo terminantemente que no se opon�an a que trabajase en la iglesia pero que s� se opon�a a que asistiera al seminario a fin de vivir en paz con su familia. Pero Dios le ayud� a Togami San en la tarea de guiar a cuatro muchachos m�s a los pies de Cristo. Despu�s de esta experiencia, se convenci� de que deb�a ir al seminario para prepararse para la obra del Se�or. Aunque su familia se enoj� mucho, fue al seminario. La beca que obtuvo fue sufragada por una iglesia en los EE. UU. de N. A.

Cierto d�a Togami San se encontraba tan descorazonado con sus estudios en el seminario que le dijo a su familia que estaba tentado a abandonarlos. Entonces fue su madre quien dijo: "�Qu� ha pasado con la firme resoluci�n que aceptaste aun ante la fuerte oposici�n de tu familia? T� escogiste este camino; ahora no puedes desistir. Aunque yo tambi�n me opuse, ahora tratar� de ayudarte a fin de que llegues a ser un buen pastor" Todav�a no es creyente pero con todo, siempre alienta a su hijo. La hermana menor de Togami San se convirti� en 1953 y Togami San contin�a orando para que toda su familia llegue a depositar su fe en Cristo Jes�s.

La familia del doctor y pastor don Eduardo Besson ten�a una vieja cocinera en Neuchatel, Suiza.

Su hijo Pablo, una vez ordenado pastor, cierto d�a, predic� uno de sus sermones que fue escuchado por la vieja cocinera. Esta, al volver a su casa y haciendo referencia al mismo serm�n, le pregunt� "�Lo siente usted?".

Don Pablo, como com�nmente lo llam�bamos, el campe�n del evangelio de las Rep�blicas del Plata, dej� sin respuesta la pregunta que le hiciera la cocinera, se puso de rodillas, y dijo al Se�or: "�Qu� raz�n ten�a la cocinera!.

A Don Pablo, como predicador del evangelio, la pregunta "�Lo siente usted?" le fue como una luz que le sirvi� eficazmente en la exposici�n de sus fogosos y penetrantes mensajes.

"�Lo siente Usted?" esta pregunta debe resonar continuamente en el fuero �ntimo de cada predicador del evangelio, y ocupar un lugar prominente en el coraz�n y en la mente de cada pastor.

Una vez hab�a un ni�o gitano que m�s tarde lleg� a ser el gran evangelista Gipsy Smith. En aquellos tiempos era prohibido que los ni�os, especialmente entre los gitanos, hablaran a sus mayores cuando �stos no les hablaban. Pues bien, Gipsy se hab�a convertido al evangelio y ten�a muchos deseos de que su t�o tambi�n se convirtiera; pero no sab�a c�mo hablarle. Por fin el ni�o decidi� orar y pedir a Dios que le ayudara a hablarle a su t�o. Pas� el tiempo, Gipsy segu�a orando, por fin, un d�a su t�o se fij� en que los pantalones de su sobrino estaban muy gastados, y le dijo: "Gipsy, �por qu� tus pantalones est�n casi agujerados de las rodillas y el resto de ellos est� en buenas condiciones?" A lo que Gipsy respondi�: "Est�n gastado de las rodillas porque he estado orando mucho tiempo por ti, t�o; pues deseo con todo mi coraz�n que Dios te haga cristiano."

El t�o mir� con cari�o a su sobrino, y poniendo su brazo en los hombros de Gipsy cay� de rodillas aceptando a Cristo como su Salvador.

George Philiips ha sido llamado el Pastor Botella debido al esfuerzo que por quince a�os ha desplegado en la predicaci�n del evangelio por medio de botellas vac�as del licor denominado whiskey. Phillips ha recibido centenares de cartas de todo el mundo dici�ndole que muchos han logrado ser salvos por los mensajes que se incluyen en cada botella vac�a.

Un budista de nombre Timoteo Nakamura, de 21 a�os, se convirti� por este extra�o m�todo. Nakamura fue por un tiempo int�rprete de un misionero norteamericano dedicado a la traducci�n, mas la influencia evang�lica anterior no hab�a sido suficiente para hacerlo desistir de su religi�n y aceptar a Jesucristo.