Responsabilidad

 
 

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Lista de ilustraciones sobre la Responsabilidad:

  1. EL ASIENTO VAC�O

  2. LA NI�A Y SU CARGA

  3. LA RESPONSABILIDAD DE LOS PATRONOS

 

EL ASIENTO VAC�O

�Tu ser�s echado de menos, porque tu asiento estar� vac�o�, 1 Samuel 20:18.

El asiento vac�o habla con elocuencia.  A pesar de que su mensaje no es agradable, todos lo pueden o�r.

Al predicador el asiento vac�o le dice: �Tu serm�n no vale�.

Al que visita la iglesia, le advierte: �Ya ves, vamos perdiendo terreno�.

Al nuevo que busca una iglesia donde asistir: �Vale m�s esperar a ver lo que pasa aqu�.

Al tesorero de la iglesia: �Cuidado! �Habr� un d�ficit!�.

A los miembros presentes les aconseja: �Ustedes tambi�n pueden ausentarse el domingo pr�ximo�.

A los verdaderos fieles les aconseja: �Trabajad, invitad, orad, llenad esos asientos vac�os�.

El asiento vac�o testifica contra los cultos. Mata la inspiraci�n, ahoga la esperanza.  Aleja el celo y es un peso desanimador para toda iglesia.

Por otro lado, el asiento ocupado es un ala, es un est�mulo, es un incentivo y una inspiraci�n al predicador y a toda persona que ama al Se�or Jes�s.

 

LA NI�A Y SU CARGA

Cierta amable se�ora, yendo de paseo, top� de pronto con una ni�a que en sus brazos llevaba a un peque�uelo, tan gordito, que la se�ora pens�: �Debe pesar m�s que ella�.  Se acerc� amablemente, y le dijo:

--Hija m�a, �no te parece que este ni�o es demasiado pesado para ti?.

Y la peque�a, sonriendo feliz, le contesto:

Hermanos: �Sobrellevamos as�, las cargas de nuestros hermanos m�s d�biles, y cumplimos la ley cristiana, como nos amonesta el ap�stol?

 

LA RESPONSABILIDAD DE LOS PATRONOS

Dos hombres, ambos due�os de f�bricas, discut�an algunos de sus problemas.  Uno se quejaba de que la producci�n en su f�brica iba disminuyendo. Dijo que aunque hab�a aumentado el n�mero de horas de trabajo a sus obreros, inclusive a las mujeres y a los ni�os, de doce a catorce horas al d�a, la producci�n iba de mal en peor.  El otro se�or, que ten�a una conciencia m�s sensible, �l protest� que estaba matando a sus obreros con cargas demasiado pesadas. El primero repuso: �Y �qu� importa? Puedo conseguir otros empleados�. Semejante actitud de parte de muchos jefes ocasion� la organizaci�n de sindicatos o gremios para la protecci�n de los derechos del obrero.