Justicia

 
 

Back Home Up Next


Jactancia
Jerusal�n
Jes�s
Juicio
Justicia
Juzgar

 

Lista de Ilustraciones sobre la Justicia:

  1. FEDERICO EL GRANDE Y EL MOLINERO

  2. JUEZ QUE SE MULTA

  3. JUSTICIA SOCIAL Y DEBER UNIVERSAL

  4. JUSTICIA PARA TODOS

 

FEDERICO EL GRANDE Y EL MOLINERO

En el reinado de Federico, rey de Prusia, hab�a un molino cerca de Potsdam, el cual interceptaba la vista de las ventanas de Sans Souci. Enfadado por este estorbo para �l en su residencia favorita, el rey mand� preguntar al propietario el precio por el cual vender�a su molino. "Por ning�n precio", fue la respuesta del resuelto prusiano, y en un momento de enojo, Federico dio orden de que el molino fuera demolido. "El rey puede hacer esto", dijo el molinero cruzando reposadamente los brazos, "pero hay leyes en Prusia". Y desde luego procedi� legalmente contra el monarca, y el resultado del proceso fue que la corte sentenci� a Federico a reconstruir el molino y a pagar adem�s una gran suma de dinero como compensaci�n por el mal que hab�a hecho. El Rey se molest�; pero tuvo la magnanimidad de decir, dirigi�ndose a sus cortesanos: "Estoy complacido de encontrar que existen en mi reino leyes justas y jueces rectos". Hace algunos a�os que el jefe de la honesta familia del molinero, que hab�a heredado legalmente la posesi�n de este peque�o bien, se encontr� en invencibles dificultades pecuniarias con motivo de las p�rdidas sufridas a consecuencia de la guerra, y escribi� al rey de Prusia record�ndole la negativa dada por sus ascendientes a Federico el Grande y preguntando si su majestad abrigaba el mismo deseo de entrar en posesi�n de la propiedad, dadas las condiciones embarazosas que �l como propietario se encontraba. El rey escribi� inmediatamente, con su propio pu�o, la siguiente respuesta: "Mi querido vecino: No puedo permitir que venda usted el molino; �ste debe permanecer en su posesi�n tanto tiempo como exista alg�n miembro de su familia, porque pertenece a la historia de Prusia. Lamento, sin embargo que est� usted en malas circunstancias econ�micas, y le env�o seis mil marcos para que arregle sus asuntos, esperando que esta suma sea suficiente para rehacer su negocio. Consid�reme siempre como su afect�simo vecino, Federico Guillermo". �Este molino trabaja todav�a en la localidad.

 

JUEZ QUE SE MULTA

El peri�dico Courier-Journal de Louisville, Kentucky, EE. UU. de N.A., inform� en uno de sus n�meros del a�o de 1956, que un juez se juzg� as� mismo, se sentenci� a pagar una multa, y la pag�. Hizo todo esto delante de propio tribunal. Dicho juez procedi� as� porque sab�a que la aplicaci�n de la justicia debe ser imparcial, sin hacer "acepci�n de persona". Por lo mismo los habitantes de aquel lugar pueden tener confianza en que ese juez es justo.

 

JUSTICIA SOCIAL Y DEBER UNIVERSAL

Cada juez federal debe jurar que "administrar� justicia sin tomar en consideraci�n a las personas, y proceder� con rectitud igualmente con los pobres como con los ricos. Este juramento, al definir las obligaciones oficiales del juez con igual �nfasis declara los deberes de cada ciudadano. Uno de los prop�sitos de la Constituci�n, seg�n se dice en el pre�mbulo, es "establecer la justicia". Es un gran error suponer que los abogados y los jueces son los �nicos responsables de "establecer la justicia". Como tambi�n es un error decir que los ministros de cualquier religi�n son los �nicos responsables de practicar esa religi�n. Para todos nosotros existe el deber universal de practicar la justicia y la religi�n. Las dos est�n ense�adas en la Biblia y en ella se demanda que se practiquen: "ajustar� el juicio a cordel, y a nivel la justicia"

 

JUSTICIA PARA TODOS

En la historia de Inglaterra hay un incidente que ilustra el ideal de la justicia imparcial. Un siervo del Pr�ncipe de Gales cometi� un delito, y a pesar de la influencia del pr�ncipe el siervo fue sentenciado. Enojado, el pr�ncipe entr� en el tribunal y demand� al magistrado que librara al prisionero. El magistrado en jefe, Gascoigne, aconsej� que el pr�ncipe llevara su petici�n a su padre, el Rey Enrique IV, qui�n quiz�s perdonar�a al prisionero. El joven pr�ncipe, furioso porque el magistrado no le obedec�a trat� de quitarle el prisionero al alcaide y llev�rselo. El magistrado en ese momento se puso en pie y con voz severa demand� que el pr�ncipe obedeciera la ley y que pusiera mejor ejemplo a sus s�bditos. Luego sentenci� al pr�ncipe por contumacia. El joven pr�ncipe reconoci� la afrenta que hab�a cometido contra la corte y sumiso fue a la prisi�n. Cuando las noticias llegaron al Rey Enrique IV, �ste exclam� "Bienaventurado el rey que tiene a un magistrado pose�do del valor para administrar imparcialmente las leyes; y a�n m�s feliz es el rey cuyo hijo se somete a su justo castigo por haberlas ofendido".