Jactancia

 
 

Home Up Next


Jactancia
Jerusal�n
Jes�s
Juicio
Justicia
Juzgar

 

Lista de Ilustraciones sobre la Jactancia:

  1. El �guila y los gallos

  2. EL ALFILER Y LA AGUJA

  3. LA CA�DA DE LA SOBERBIA

 

El �guila y los gallos

Dos gallos re��an por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro.

Resignadamente se retir� el vencido a un matorral, ocult�ndose all�. En cambio el vencedor orgulloso se subi� a una tapia alta d�ndose a cantar con gran estruendo.

Mas no tard� un �guila en caerle y raptarlo. Desde entonces el gallo que hab�a perdido la ri�a se quedo con todo el gallinero.

A quien hace alarde de sus propios �xitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate.

F�bula de Esopo

 

EL ALFILER Y LA AGUJA

Un alfiler y una aguja encontr�ndose en una cesta de labores y no teniendo nada qu� hacer, empezaron a re�ir, como suele suceder entre gentes ociosas, entabl�ndose la siguiente disputa.

--�De qu� utilidad eres t�? �dijo el alfiler a la aguja--; y �c�mo piensas pasar la vida sin cabeza?

--Y a ti �respondi� la aguja en tono agudo--, �de qu� te sirve la cabeza si no tienes ojo?.

--�Y de qu� te sirve el ojo si siempre tienes algo en �l?

--Pues yo, con algo en mi ojo, puedo hacer mucho m�s que t�.

--S�; pero tu vida ser� muy corta, pues depende de tu hilo.

Mientras hablaban as� el alfiler y la aguja, entr� una ni�a deseando coser, tom� la aguja y ech� mano a la obra por algunos momentos; pero tuvo la mala suerte de que se rompiera el ojo de la aguja. Despu�s cogi� el alfiler, y at�ndole el hilo a la cabeza procur� acabar su labor; pero tal fue la fuerza empleada que le arranc� la cabeza y disgustada lo ech� con la aguja en la cesta y se fue.

--Conque aqu� estamos de nuevo �se dijeron--, parece que el infortunio nos ha hecho comprender nuestra peque�ez; no tenemos ya motivo para re�ir.

--�C�mo nos asemejamos a los seres humanos que disputan acerca de sus dones y aptitudes hasta que los pierden, y luego� echados en el polvo, como nosotros, descubren que son hermanos!

 

LA CA�DA DE LA SOBERBIA

Con frecuencia hemos visto aun ni�o que anda contone�ndose para lucir, ante quienes lo ven, su ropa nueva; y al tropezar y caer llora lo m�s fuerte que pueda al ver su vestido sucio por la tierra o por el lodo del piso.

De parecida manera, Dios ha puesto en ti muchas gracias, muchas cualidades o virtudes y te ha concedido muchos dones. Puede ser que al pensar en estas cosas te jactes por ellas y desde�es a quien no las tienen, como lo hicieron Roboam y Nabucodonosor al pensar en su respectiva grandeza, y como ellas cayeron as� tambi�n t� caigas. Y puede ser que cuando est�s ca�do, en lugar de hacer alarde de lo que tenias y en lugar de hacer alarde de lo que ten�as y en lugar de jactarte por ello, te pongas a llorar como aquel ni�o imprudente: por que tu traje de muchos colores se ha ensuciado y se ha manchado en la ca�da.- Cawday, adaptaci�n.