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LA DECISI�N DE BILLY GRAHAM Y DE OTROS

En la revista United States News and World Report, del 27 de diciembre de 1957, Billy Graham dice: "cuando acept� a Cristo hace veinte a�os, en una cruzada muy parecida a esta que estamos dirigiendo, pas� al frente con otras cuatrocientas personas. El d�a siguiente un columnista de uno de los peri�dicos dijo que eso era el resultado de una agitaci�n emocional y que nadie perseverar�a. Sin embargo, yo s� que en este momento once ministros est�n predicando el evangelio, y que ellos fueron convertidos aquella noche. Ellos eran exactamente como yo era –muchachos alocados-- y ahora son predicadores, y considera ese acontecimiento como su crisis, precisamente como yo lo considero.

"En la ciudad de Nueva York he encontrado muchos caballeros que ahora son directores de actividades religiosas en dicha ciudad, los cuales fueron convertidos hace cuarenta a�os mediante la predicaci�n de Billy Sunday. Uno de los personajes m�s notables de ese acontecimiento es el doctor Henry Van Dusen, quien es el Presidente del "Uni�n Theological Seminary".

 

UNA CONVERSACI�N NOTABLE

Enseguida damos el testimonio de un joven brasile�o, que fue convertido gloriosamente por medio de la Biblia: "Yo era un hombre dado a toda clase de vicios degradantes: Yo fumaba por diversi�n, tomaba por placer y jugaba por distracci�n; despu�s de todas estas extravagancias estaba peor que antes.

"O�a a algunos hablar del espiritismo. Procur� la ocasi�n para tratar con los espiritistas y estudiar sus libros; nada de esto me satisfac�a. Sent�a tal pesadez en mi coraz�n que me sent�a inclinado a practicar �nicamente el mal; y todos los libros que le�a m�s bien me dejaban la mente en un estado peor.

"Pero d�a feliz fue aquel cuando recibiera en mis manos el Libro de la Vida. En aquel d�a cay� de mis ojos el velo que obstru�a mi futuro. Este libro ha sido mi mejor amigo y consejero. Trajo la paz y el consuelo a mi hogar. De un hombre degradado me tron� en un hombre �til; de un hombre descontento en un hombre dichoso. Hoy puedo decir: ‘vivo no ya yo, mas vive Cristo en m�.’ "

 

ESPERANDO CONVERSACIONES

En cierta ocasi�n un se�or visitaba una de las grandes catedrales de Europa, y el gu�a le llamaba la atenci�n las hermosas ventanas, a la estatuaria, y a cada cosa que all� hab�a. Entonces el visitante extranjero, con sencillez de coraz�n y con bondad, pregunt�: --Bueno: �tienen ustedes muchas conversiones aqu�?.

El gu�a, con asombro, le contest�: --�Conversiones, conversiones! �Qu� lugar piensa usted que es este? �Cree usted que es una capilla wesleyana?"

Llenos del poder de lo alto, los cristianos debemos estar esperando continuamente la manifestaci�n de la presencia y del poder del Esp�ritu Santo en la conversi�n de grandes multitudes de pecadores.

 

CONVERSI�N DE UN HOMBRE QUE ERA TENIDO POR BUENO

En una villa del estado de Connecticut, EE.UU., viv�a un hombre que con s�lo verlo pod�a uno descubrir su buen car�cter: era hombre de vida tan hermosa que su madre pens� que �l era un verdadero cristiano. En su familia y entre sus vecinos �l era todo lo bueno que pudiera desearse. Una vez, mientras se ten�an unos cultos de avivamiento, lleg� a estar profundamente impresionado por causa de sus muchas necesidades espirituales. Por naturaleza era un hombre apacible; pero una noche lleg� al templo profundamente agitado, pues la carga de su pecado pesaba mucho sobre �l. Acompa�ado de su esposa, que era cristiana, pas� al frente de la congregaci�n; y all�, con l�grimas de agon�a, luch� por abotener su libertad. Creyendo que nada podr�a ayudarlo tanto como las oraciones de su esposa, insistentemente le pidi� a ella que orara en voz alta por �l; pero ella dijo que no pod�a porque nunca hab�a orado en p�blico. Entonces el esposo volvi� a insistir en que orara: ella comenz� a orar, �l tambi�n or�, y las oraciones de ambos, a veces interrumpidas por los sollozos, pronto fueron contestadas y �l sinti� paz y perd�n.