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Lista de Ilustraciones sobre la Biblia:

  1. C�MO PREPARABA  MOODY SUS SERMONES

  2. HAY DEMASIADOS ORADORES

  3. LA BIBLIA COMO UN ALB�M DE FOTOGRAF�AS

  4. M�TELA EN TU CORAZ�N

  5. ALGO NUEVO

  6. La Biblia

  7. Biblia Abierta

  8. Luchamos Con Luz

  9. EL LIBRO PARA UN MORIBUNDO O SIR WALTER SCOTT Y "EL LIBRO"

  10. Leer La Biblia No Es Tarea, Es Placer

  11. La Biblia Como Espada De Dos Filos

  12. LO QUE EL EVANGELIO DE LUCAS SIGNIFICO PARA EL

  13. ESPOSOS QUE SE CONVIERTEN POR LEER LA BIBLIA

  14. Magn�fica Siembra

  15. RARA BIBLIA EDITA RUSIA

  16. C�mo Lleg� Mart�n LuterO A Ser ReformaDor

  17. Roma Y La Biblia

  18. UNA GUIA HACIA EL CIELO

  19. La Biblia Transforma

  20. EL LIBRO QUE MEJORO A UN PUEBLO

 

C�MO PREPARABA  MOODY SUS SERMONES

Una vez que hab�a resuelto cu�l ser�a el tema de su predicaci�n, tomaba un sobre grande, y escrib�a sobre �l el t�tulo o la referencia: El Cielo, El Salmo3, etc.

En sobres de este tipo iba  guardando extractos de sermones, recortes de diarios, pensamientos originales, todo lo que se relacionara con el tema.  En su escritorio ten�a centenares de estos sobres, algunos de ellos muy abultados.

Cuando quer�a predicar sobre un tema determinado, primero revisaba el sobre y eleg�a aquellas cosas que le parec�an de utilidad. Luego hac�a un bosquejo en el cual introduc�a estas cosas. Dec�a que este m�todo de hacer sermones presenta grandes ventajas:  El bosquejo permite que haya inspiraci�n del momento, ya que el predicador no est� atado a un manuscrito completo.  Siempre dec�a que la iglesia prescisa �hombres que puedan pensar mientras est�n de pie.� �La gente dice que repito los mismos sermones.  Naturalmente que lo hago.  Si tienes un serm�n que ha sido bendecido por Dios, no temas usarlo muchas veces�.

D.L. Moody

 

HAY DEMASIADOS ORADORES

Mis amigos, tenemos demasiados oradores.  Estoy cansado de los �picos de oro�.  Antes me lamentaba porque no pod�a llegar a ser orador.  Pensaba que ser�a tan hermoso si yo pudiese hablar con un lenguaje bello que cautivara a mi auditorio.  He escuchado a muchos grandes oradores.  Ven�an, se iban, y su voz era como el aire: carec�a de poder.  Confiaban, no en el Se�or, sino en sus bellos discursos.  Era a esto que se refer�a San Pablo cuando dijo: �Ni mi palabra ni mi predicaci�n fue con palabras persuasivas de humana sabidur�a, m�s con demostraci�n del Espiritu y de poder�.

A un testigo que frente a  un juez trata de hacer oratoria,  pronto lo har�n callar.  El hombre que dice la verdad en forma clara y sencilla es el que tiene mayor poder.

D.L. Moody

 

LA BIBLIA COMO UN ALB�M DE FOTOGRAF�AS

La Biblia es como un �lbum de fotograf�as.  Voy a la casa de un amigo, y mientras lo espero comienzo a hojear su �lbum.  Voy dando vuelta a las hojas y encuentro gente que conozco, y gente que se parece mucho a mis vecinos y amigos.

Si leemos la Biblia, encontraremos en ella nuestros retratos.  Mi amigo, quiz�s seas un fariseo.  Si es as�, mira lo que dice el evangelio de Juan, cap�tulo 3.  Pero tal vez no seas un fariseo.  Quiz�s pienses que eres un pecador demasiado malo para llegar a Cristo.  Lee lo que dice la Biblia acerca de la mujer de Samaria, y cree en las palabras que el Se�or le dijo a ella.

D.L. Moody

 

M�TELA EN TU CORAZ�N

�En mi coraz�n he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.�  Seg�n un predicador escoc�s, guardar la palabra en el coraz�n es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin.  Muchos tienen la Bilbia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necestian es tenerla en el coraz�n.

D.L. Moody

 

ALGO NUEVO

Muchos hombres creen que la Biblia es un libro atrasado que ya pas�  a la historia.  Dicen que estaba bien para los tiempos remotos, y que contiene algunas p�ginas hist�ricas de inter�s, pero que no sirve para hoy; que vivimos en el siglo de las luces, y hemos adelantado tanto que los hombres pueden andar perfectamente bien sin la Biblia.

Lo mismo ser�a decir que el sol, que ha brillado tanto tiempo, es ya tan viejo que  es una cosa atrasada; o que cuando un hombre construye una casa, ya no debe ponerle ventanas desde que hemos descubierto la luz el�ctrica.  Yo les aconsejo a quienes piensan que la Biblia es demasiado vieja y que est� fuera de moda, que no pongan ventanas en sus casas, sino que alumbren a �stas con luz el�ctrica, ya que lo que buscan es lo novedoso.

Por D.L. Moody

 

LA BIBLIA

Este libro revela la mente de Dios, el estado moral y espiritual del hombre, el camino de salvaci�n, el castigo del pecador no redimido y la bienaventuranza del creyente. Sus doctrinas son santas, sus preceptos obligatorios, sus historias verdaderas y sus decisiones inmutables.

L�elo para ser sabio, cr�elo para estar seguro, pract�calo para ser santo. Es luz que dirige, pan que sostiene y consuelo que alegra. Es mapa del viajero, b�culo del peregrino, br�jula del navegante, espada del soldado y la carta magna del cristiano.

En la Biblia est� el para�so restaurado, el cielo abierto y las puertas del infierno descubiertas. Cristo es su gran tema, nuestra salvaci�n su buen prop�sito y la gloria de Dios su meta. Debe ocupar la mente, gobernar el coraz�n y guiar los pies.  L�elo con lentitud, con frecuencia y con oraci�n.

Es mina de prosperidad, un para�so de gloria y un r�o de placer. Nos es dado en esta vida, ser� abierto en el juicio y ser� recordado eternamente. Trata del deber m�s grande, recompensar� la labor m�s excelente y condenar� a todo aqu�l que juega con su sagrado contenido.

--autor no conocido

 

BIBLIA ABIERTA

Su nombre es Guillermo. Trae la cabellera muy alocada, una camiseta con agujeros, pantalones de mezclilla y sin zapatos.

Es brillante. Un poco esot�rico y muy brillante. Se hizo cristiano mientras asist�a a la universidad.

Enfrente de la calle de la universidad estaba una Iglesia conservadora de gente bien vestida. Ellos quieren desarrollar un ministerio para los estudiantes, pero no est�n seguros de c�mo hacerlo.

Un d�a Guillermo decide asistir. Entra sin zapatos, con pantal�n de mezclilla, su camiseta y su loca cabellera. El servicio ya ha comenzado as� que Guillermo se pasa por el pasillo, buscando donde sentarse.

La Iglesia est� completamente llena y no encuentra lugar. Para este entonces la gente se ve un poco inc�moda, pero no dicen nada.

Guillermo se acerca m�s y m�s hacia el p�lpito y, cuando se da cuenta ya no hay lugares, as� que se sienta all� mismo en la alfombra. (Aunque comportamiento perfectamente aceptable en un compa�erismo de la universidad, cre�me, esto nunca hab�a pasado antes en esta Iglesia!)

Ahora la gente est� verdaderamente inc�moda, y la tensi�n en el aire est� gruesa.

Casi al mismo tiempo, el ministro se da cuenta de que desde mero atr�s de la Iglesia, un di�cono muy despacio est� tratando de llegar al frente donde est� Guillermo. Ahora el di�cono como de ochenta a�os, con pelo gris, y un traje de tres piezas. Un hombre muy espiritual, muy elegante, muy digno, muy cort�s.

Camina con un bast�n y, mientras va caminando hacia el muchacho, todos se est�n diciendo a s� mismos que no lo pueden culpar por lo que va a hacer. �C�mo puedes esperar que un hombre de su edad y de fondo entienda a un joven de la universidad sentado en el piso?

Se tarda mucho tiempo para que el hombre llegue hasta el frente. La Iglesia est� silenciosa excepto por el bast�n del hombre. Todos los ojos est�n puestos en �l. Ni siquiera se puede escuchar que alguien respire.

El ministro ni siquiera puede predicar el serm�n hasta que el di�cono hace lo que ten�a que hacer. Ahora todos ven a este hombre anciano soltar su bast�n en el piso. Con gran dificultad se agacha y se sienta enseguida de Guillermo y comienza a adorar junto con Guillermo para que no se sienta solo.

Todos est�n muy emocionados. Cuando el ministro toma control, �l dice, "Lo que estoy a punto de predicar, nunca lo recordar�n. Lo que acaban de ver nunca olvidar�n. Tengan cuidado de como vivan. Ustedes pueden ser la �nica Biblia que algunas personas jam�s leer�n."

 

LUCHAMOS CON LUZ

Desde el frente de la guerra mundial, el capit�n Clifton Bell nos habla ahora de enormes proyectores manejados por batallones, con capacidad cada uno de estos reflectores de 800.000.000 de buj�as el�ctricas, de tal manera que entre los ej�rcitos est� ya en boga este grito de combate: "Luchamos con luz."

A nosotros nos fuera imposible, quiz�, calcular toda la luz que puede producir uno solo de estos proyectores. Aproximadamente pudi�ramos decir que repartida esta luz entre todos los habitantes de Am�rica Latina dar�a a todos –hombres, mujeres y ni�os- en proporci�n de ocho buj�as o velas a cada uno. Y en esta medida podr�amos decir que los tres enormes proyectores juntos alumbrar�an a todos los habitantes de nuestro planeta, a raz�n de una buj�a por cada uno.

El cristiano tambi�n puede adoptar como grito de combate "Luchamos con Luz". La Biblia es un potente reflector espiritual capaz de iluminar el alma de todos y cada uno de los habitantes del mundo. El salmista dice: "L�mpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. El principio de tus palabras alumbra." (Salmos 119:105, 130)

De Sendas de Luz

 

EL LIBRO PARA UN MORIBUNDO O SIR WALTER SCOTT Y "EL LIBRO"

Cuando Sir Walter Scott estaba para morir, pidi� "El Libro". Uno de los miembros de la familia, pensando que el moribundo se refer�a a alguno de los muchos vol�menes que hab�a escrito y que guardaba en su biblioteca, pregunt�: --�Cu�l libro? Entonces Sir Walter Scott dijo: No hay sino un Libro para un momento como este: Ese libro es la BIBLIA.

 

LEER LA BIBLIA NO ES TAREA, ES PLACER

Cu�ntase que recorriendo los caminos del pa�s de Gales iba un ateo, el se�or Hone; iba a pie y al caer la tarde sintiendose cansado y sediento, se detuvo a la puerta de una choza donde una ni�a estaba sentada leyendo un libro. Le pidi� el viajero agua; la ni�a le contest� que si gustaba pasar, su madre le dar�a tambi�n un vaso de leche. Entr� el se�or Hone en aquel humilde hogar donde descans� un rato y satisfizo su sed. Al salir vio que la ni�a hab�a reasumido la lectura, y le pregunt�:

--�Estas preparando tu tarea, peque�a?

--No se�or –contest� la ni�a--, estoy leyendo la Biblia.

--Bueno, �te impusieron de tarea que leyeras unos cap�tulos?.

--Se�or, para mi no es tarea leer la Biblia, es un placer.

Esta breve pl�tica tuvo tal efecto en el �nimo del Se�or Hone, que se propuso leer �l tambi�n la Biblia, convirti�ndose en uno de los m�s ardientes defensores de las sublimes verdades que ella ense�a.

 

LA BIBLIA COMO ESPADA DE DOS FILOS

Guillermo Wilberforce era un brillante joven de veinticuatro a�os cuando fue elegido miembro del Parlamento ingl�s. Era muy despreocupado en asuntos de religi�n. Pero una vez durante un viaje, por invitaci�n de su amigo el Rev. Isaac Milher, leyeron todo el Nuevo Testamento griego, idioma que ambos amigos conoc�an perfectamente, y esa simple y sola lectura revolucion� la vida de Wilberforce: fue un hombre nuevo, un digno senador cristiano y el abogado decidido de la abolici�n de la esclavitud.

Sucedi� en Inglaterra tambi�n que para combatir a Pedro M�rtir que daba unas conferencias en la Universidad de Oxford, conferencias de esencia netamente antipapista, el clero se alarm� y design� a Bernardo Gilpin para que lo combatiera. Prepar�ndose para la lucha, ley� las Escrituras, los escritos de los padres y… despu�s de todo, renunci� a la iglesia del papa.

 

LO QUE EL EVANGELIO DE LUCAS SIGNIFICO PARA EL

En la poblaci�n de Yu Yang, en la China Occidental, un joven compr� un ejemplar del Evangelio Seg�n San Lucas, en su dialecto chino. Cuando lleg� a su hogar, durante tres d�as consecutivos estuvo leyendo ese Evangelio sin ayuda de ning�n predicador u otra persona cristiana. Lucas se posesion� de su vida de tal manera que el joven chino hizo a un lado todo lo que le estorbaba par estudiarlo; y entretanto estuvo esperando alguna indicaci�n de Dios para saber qu� deb�a hacer. En eso lleg� un misionero a la villa y el joven chino descubri� con gusto que las gentes de otros pa�ses tambi�n sab�an algo de Jes�s. Despu�s, cuando el misionero Hsu Ming Chih encontr� al joven chino descubri� que �ste hab�a aprendido de memoria el evangelio de Lucas; y, lo mejor de todo, lo hab�a aprendido de coraz�n, pues estaba practic�ndolo. Esto demuestra lo que puede hacer un solo ejemplar del evangelio. Cada vez que doy un evangelio creo que producir� un buen resultado.

 

ESPOSOS QUE SE CONVIERTEN POR LEER LA BIBLIA

O� hablar en cierta ocasi�n de un matrimonio que lleg� a tener una Biblia. Ninguno de los dos esposos la hab�a conocido antes. El marido empez� a leerla en su hogar.

Unos d�as despu�s se dirigi� a su esposa y le dijo: "Amada, si este libro es verdad, estamos equivocados". Continu� la lectura de la Biblia y al cabo de unos d�as m�s habl� nuevamente a su esposa en estos t�rminos: "Si este libro es la verdad, estamos perdidos." Con m�s avidez que nunca prosigui� estudiando el libro hasta que, una noche, exclam�: "Amada esposa, si este libro es la verdad, �podemos ser salvos!".

El mismo libro que le hab�a revelado que estaban condenados le revel� el medio de ser salvos por Jesucristo.

Esta es la gloria de la Biblia.

Conf�e Usted en Cristo ahora mismo, s�lo plenamente en �l par siempre, y ser� salvo.

No hay situaci�n de la vida humana en que la Biblia no traiga fuerza y consolaci�n.

 

MAGNIFICA SIEMBRA

Un m�dico cur� a un indostano de una severa enfermedad; y cuando lo envi� del hospital a su casa le dio una Biblia. Tres a�os m�s tarde el misionero visit� la aldea en que viv�a aquel que hab�a estado enfermo, y encontr� a todos los habitantes adorando al verdadero Dios. Aquella Biblia hab�a sido la �nica instructora que hab�an tenido. Muchos casos semejantes han ocurrido en los campos misioneros.

 

RARA BIBLIA EDITA RUSIA

MOSCU, 18 de octubre. (A. F. P.)—una Biblia para "creyentes y no creyentes" acabada de ser editada en la Uni�n Sovi�tica, con tiro de 150.000 ejemplares. La obra tiene 408 p�ginas y est� redactada en una forma popular "accesible a todos". Constituye en realidad una cr�tica detallada del Viejo y del Nuevo Testamentos.

 

C�MO LLEG� MART�N LUTERO A SER REFORMADOR

Un d�a cuando Mart�n Lutero era estudiante, estaba en la biblioteca de su universidad buscando algunos libros, cuando tropez� con un extra�o volumen que le llam� mucho la atenci�n. Era un ejemplar de la Biblia en Lat�n. Grande fue su asombro, porque siempre hab�a cre�do que los fragmentos de la Biblia que se leen en los cultos de la iglesia a la cual �l pertenec�a, eran la Palabra de Dios completa. Su inter�s por este libro fue tan grande, que dijo que deseaba por sobre todas las riquezas, una Biblia. Poco despu�s entr� en un monasterio de frailes agustinos y el Vicario General le regal� una Biblia que estudi� con gran cuidado. Este estudio le facilit� el camino para su propia iluminaci�n espiritual y para el gran trabajo de reformaci�n que �l emprendi�. Esto demuestra el efecto que produce la lectura de la palabra de Dios en el coraz�n de los hombres.

 

ROMA Y LA BIBLIA

El estudio de la Palabra de Dios hace que el pueblo pronto se aleje de la idolatr�a. En Efeso, los plateros notaron la merma de sus ventas, y precisamente por haber perdido sus "ganancias" armaron un alboroto. Roma hace como lo hizo Demetrio. He aqu� un buen testimonio:

En la Biblioteca Nacional de Par�s hay un documento guardado, que contiene el dictamen dado al papa Julio III por los cardenales cuando fue elegido par ocupar el trono pontificio en el a�o 1550. Incluye los pasajes siguientes:

"De todos los consejos que podemos ofrecer a Vuestra Santidad, hemos reservado el m�s necesario al �ltimo. Tenemos que abrir los ojos bien y emplear toda la fuerza posible en el asunto de permitir la lectura del evangelio tan poco como sea posible, especialmente en el idioma com�n, en todos los pa�ses bajo vuestra jurisdicci�n.

"Debiera ser bastante el poquito, que por lo regular se lee en la misa, y no permitir a ninguno leer m�s.

"Mientras que el pueblo se contente con ese poquito, los intereses de Vuestra Santidad prosperar�n; mas tan pronto como el pueblo quiera leer m�s, los intereses de Vuestra Santidad principiar�n a decaer.

"Este es el libro que, m�s que cualquier otro, ha levantado contra nosotros los disturbios y tempestades por los cuales nos hemos casi perdido.

"El hecho es que si alguno examina diligentemente y compara las ense�anzas de la Biblia con lo que se verifica en nuestras iglesias, pronto encontrar� la diferencia y ver� que nuestra doctrina es frecuentemente distinta de la Biblia y m�s frecuentemente a�n contradice.

"Y si el pueblo entiende esto, nunca cesar�, poni�ndonos a prueba, hasta que todo se descubra, y entonces seremos el objeto del desd�n y odio universal.

"Por eso es menester quitar la Biblia de la vista del pueblo, pero con precauci�n grande para evitar tumultos."

 

UNA GUIA HACIA EL CIELO

Una jovencita en su lecho de muerte, ofreciendo su Biblia a un joven hermano, le dijo:

--Ten Jorge…. gu�rdala por amor a mi… pero m�s aun por ser "el libro de Dios"…�l me ense�� el camino al cielo, a donde me dirijo con plena seguridad… �l ha sido mi l�mpara en mi camino, pero ahora voy a donde ya no la necesitar�….L�elo, Jorge, y nos volveremos a reunir…. En el cielo.

 

LA BIBLIA TRANSFORMA

A un colportor b�blico lo asaltaron a mano armada en un bosque en el coraz�n de Sicilia. Se le orden� encender fuego y quemar los libros que llevaba. Cuando tuvo encendido el fuego pidi� permiso para leer una porci�n de cada libro antes de quemarlo. De uno ley� Salmo 23.

--Este es un buen libro; no lo quememos. D�melo a m� – dijo el ladr�n.

De otro ley� el cap�tulo 13 de 1 Corintios, el cap�tulo del amor.

--Esto es bueno; d�melo. No lo quememos – dijo nuevamente el ladr�n.

De otro ley� una parte del Serm�n del Monte, de otro la par�bola de El Buen Sembrador, y de otro la par�bola del Hijo Pr�digo; en cada caso con igual resultado. Por fin no qued� por leer algo de ning�n libro y ninguno hab�a sido quemado.

El colportor pudo continuar su viaje; pero sin sus libros.

A�os m�s tarde se encontr� con el ladr�n otra vez, pero ahora convertido en un ministro ordenado. Los libros hab�an hecho la transformaci�n.

La cosecha de la Biblia es la cosecha de vidas cambiadas en todas partes del mundo.

 

EL LIBRO QUE MEJORO A UN PUEBLO

Green, en su "Breve Historia del Pueblo Ingl�s", cap. VIII, da un testimonio maravilloso del efecto que la Biblia impresa produjo en el reinado de Elisabeth. "Jam�s se efectu� en ninguna naci�n un cambio moral m�s grande que el que se realiz� en Inglaterra durante los a�os que separaron la mitad del periodo del reinado de Elisabeth de la Reuni�n del Gran Parlamento. Inglaterra lleg� a ser un pueblo de un libro, y ese libro era la Biblia. Era el �nico libro ingl�s con el cual todo brit�nico estaba familiarizado; se le�a en las iglesias, le le�a en los hogares, y en todas partes sus palabras…. Encend�an un maravilloso entusiasmo. Sus efectos literarios y sociales fueron grandes; pero a la larga, m�s grande fue el efecto de la Biblia en el car�cter del pueblo, pues ejerci� una influencia dominante manifestada en la acci�n humana. Todo el temperamento de la naci�n sinti� el cambio, en todas las clases sociales se extendi� un nuevo concepto de la vida y un nuevo impulso moral y religioso.