SINAGOGA
La palabra sinagoga (griego synagoge) tiene en griego el mismo significado que ekklesia, iglesia. Refleja el término hebreo qahal, y puede traducirse como asamblea, congregación o reunión. Sin embargo, en una sola ocasión se emplea el término "sinagoga" en el N.T. para referirse a una reunión cristiana (Sant. 2:2, RV "congregación"). Los cristianos adoptaron rápidamente el vocablo "iglesia" para referirse a sus congregaciones. Por tanto, en su uso en el N.T. se refiere a una asamblea judía, o al edificio donde se realizan las reuniones de adoración, cánticos y lectura de las Escrituras. Como institución, la sinagoga surgió tras la destrucción del templo de Salomón, durante el exilio babilónico en el VI siglo a.C. , como un sucedáneo para el culto. En ellas no se realizan sacrificios. Las sinagogas continuaron existiendo y de hecho proliferaron a pesar de la reconstrucción del templo, como lugares para el culto y la instrucción judíos en todo el Imperio romano, incluso en Palestina. Las primeras sinagogas tenían un lugar en el centro del salón donde se guardaban los rollos de las Escrituras, y desde donde eran leídos. La liturgia de las sinagogas tuvo influencia en los modelos de culto de la Iglesia, en particular de la lectura y exposición de las Escrituras desde el púlpito.
Jesús concurría a las sinagogas (Mat 4:23; 9:35; Luc. 4:16-30; 13:10; Juan 6:59; 18:20). Los primeros misioneros cristianos comenzaron a difundir el Evangelio a partir de las sinagogas (Hech. 9:20; 13:5, 40-42; 17:1,10,17; 18:4,26). Posteriormente, la ruptura entre el judaísmo y el cristianismo hizo que se estableciesen congregaciones (iglesias) cristianas completamente separadas de la sinagoga. De hecho la oposición de algunos judíos al Evangelio hicieron que Juan se refiriese a ellas como "sinagogas de Satanás ( Apoc. 2:9; 3:9). Vea también Juan 9:22; 12:42; 16:2.